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REYNALDO
et al
. : Distribución y similitud de peces dulceacuícolas cubanos
Otras especies introducidas para el consumo humano en Cuba son
Micropterus salmoides
(Lacépède, 1802), originaria de Norteamérica, su expansión artificial en nuevos ecosistemas ha
causado serios problemas de supervivencia a otras especies ictiológicas dulceacuícolas (Ponce y
Rodríguez, 2010b); es un depredador por excelencia, el cual ha mermado considerablemente a las
especies fitófagas
Lepomis macrochirus
(Rafinesque, 1819),
Hypostomus plecostomus
(Linnaeus,
1758) y
N. tetracanthus
(Valenciennes, 1831). En el caso de
L. macrochirus
(Rafinesque, 1819)
(Pez Sol), introducido desde E.U.A, es una especie carnívora que altera la distribución y
abundancia de los peces nativos al igual que
Ctenopharyngodon idella
(Valenciennes, 1844),
de origen asiático, ambas especies no se reproducen de forma natural en Cuba. De la familia
Poiciliidae han sido introducida algunas especies, como controladores biológicos de mosquitos
hematófagos, que trasmiten enfermedades al hombre, entre ellas se encuentra
Poecilia sphenop
(Valenciennes, 1846),
Xiphophorus helleri
(Heckel, 1848) y con una mayor distribución
P. reticulata
, (Peters, 1859), esta especie se distribuye principalmente en ríos y embalses naturales
o artificiales, su impacto a los ecosistemas naturales no ha sido estudiado en la actualidad
(Ponce de León, 2011b).
Clarias gariepinus (Burchell, 1822), especie exótica que estuvo presente en la mayoría de las
localidades
. Estos peces son capaces de explotar diferentes recursos tróficos a lo largo de su
vida (Yalçin
et al.
, 2001a). Presentando un alto potencial reproductivo (Yalçin
et al.
, 2001b) y
crecimiento rápido. Se alimenta principalmente de insectos, aunque incluyen otros invertebrados
acuáticos en su dieta, al igual que algunos peces endémicos cubanos como
Gambusia punctata
(Poey, 1854) y
Nandopsis tetracanthus
(Valenciennes, 1831) (Ponce de León y Rodríguez,
2008). Se ha notado una disminución marcada de las especies nativas en Cuba, después de
su introducción. Por lo que resulta importante medir su efecto negativo sobre las poblaciones
autóctonos, e implementar estrategias para la disminución de su población (Mugica
et al.
, 2006).
Cyprinus carpio
(
Linnaeus, 1758
)
, de origen asiático, fue introducida al país en la década
del ́70 aproximadamente, en lagunas y estanques; desde donde se dispersó hacia diversos
ambientes acuáticos
. Habita en la cuenca de los ríos que desaguan en los mares, son especies
que se adaptan a todos los climas, desde templados hasta tropicales, pero siempre prefieren las
aguas tranquilas, estancadas y de poca profundidad (Zambrano y Hinojosa, 1999). No toleran
altas salinidades, en ocasiones, cuando viven en la desembocadura de los ríos, crean formas
anádromas que incursionan por el mar y al momento de la reproducción nadan río arriba. Su
alimentación principal es crustáceos, moluscos, gusanos, larvas de insectos, plantas y hasta peces
pequeños. Es una especie de alta fecundidad y tolerantes a factores ambientales desfavorables
(Saikia y Das, 2009).
Especies autóctonas. G. puncticulata
(Poey, 1854) fue la especie autóctona mejor representada
en todos los sitios de muestreo. Es una especie antillana muy abundante en la mayoría de los
cuerpos de agua cubanos. Presenta gran tolerancia a la salinidad y se alimenta de insectos y
larvas (Fong y Garcés, 1997), aunque también incluye material vegetal en su dieta (Poey, 1854).
Es abundante en estuarios y zonas cercanas al mar y altamente tolerante a la contaminación
(Ponce de León y Rodríguez, 2010b).
A. rostrata
(Lesueur, 1817), hábitat principalmente en
arroyos, lagos fangosos, ríos con flujo continuo y bien oxigenados. Se alimenta de insectos y
de otros peces de la familia Percidae, Cyprinidae, Ictaluridae y Anguillidae. Es una especie que
se desplaza al mar durante su período reproductivo (Page y Burr, 1991). Poco se sabe sobre su
hábitat de reproducción y desove, se piensa que sean zonas marinas con temperaturas elevadas
y alta salinidad (MacGregor
et al.
, 2008).